eppur si muove

E pur si muove... Cuatrocientos años después de Galileo, el "interés nacional" ha reemplazado al Santo Oficio. ¿Seguiremos siendo resistentes al conocimiento y al cambio, y persistiremos en el error?

Friday, June 23, 2006

El Gas por Mar






Chavez y Evo nunca dejaran de tener tema en este blog...








La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia obligará a replantear diversos aspectos en el tema de los hidrocarburos y la geopolítica en Sudamérica. Brasil ha perdido posiciones como actor continental relevante frente a Venezuela, mientras que Chile fortalece su propio proyecto, impulsando el abastecimiento de gas por vía marítima desde proveedores distantes.

El proyecto del Gasoducto del Sur de Hugo Chávez no convence en Chile ni en Argentina. El gasoducto proyectado para unir Caracas con Buenos Aires y vertebrar de norte a sur el continente a través del tubo de gas, de 10.000 kilómetros de extensión, atravesando la Amazonía y a un costo de 20.000 millones de dólares, todavía nadie sabe quién lo va a pagar ni cuándo estaría disponible. El objetivo real es fortalecer el ideario político de Hugo Chávez en Sudamérica a través del abastecimiento de este combustible a los mercados deficitarios del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Según cálculos argentinos, el gas venezolano llegaría a Buenos Aires a un costo no inferior a los 8 dólares el millón de BTU, debido a la incidencia del costo del transporte, que se eleva notablemente para un gasoducto de esa extensión. Este precio será además algo muy difícil de explicar a los argentinos, que hoy pagan 1,27 dólares por millón de BTU a sus empresas proveedoras, mientras su consumo interno aumenta y sus reservas se agotarán para el 2012.

¿Por qué la presidenta Bachelet ha aprobado la nacionalización del gas en Bolivia, a pesar de que Chile es importador neto de gas y en la práctica depende del suministro desde Argentina, e indirectamente, por triangulación, del gas que Bolivia le vende a ésta? Es que Chile, -y específicamente el proyecto GNL de ENAP-, salen beneficiados por las medidas de Evo. Se ha viabilizado el primer terminal de GNL para Sudamérica en la bahía de Quintero, en el centro de Chile. ¿Qué importancia regional tiene este proyecto?

Las firmas globales de energía están optimistas sobre el previsible reemplazo del petróleo por el gas natural y cada aumento del precio del petróleo favorece la reconversión al gas. Por motivos ambientales, el gas es más limpio y quema menos carbono, algo crucial a la hora de considerar el cambio climático global. Además, puede ser combinado con el carbón para la generación de electricidad, disminuyendo significativamente las emisiones de CO2 de este último. La dificultad del gas natural es que, como es gaseoso a temperatura ambiente, requiere costosas tuberías e impulsiones para ser transportado desde el pozo al consumidor. Si no se puede usar cerca de las zonas de producción, el transporte por tierra asume una proporción mayor de costos según aumenta la distancia y eso determina que disminuya el precio final en boca de pozo. Es lo que ocurre actualmente en Bolivia respecto a sus consumidores de Sao Paulo y Buenos Aires, a miles de kilómetros de distancia. El gas boliviano está atado a sus lejanos clientes en la costa del Atlántico y “castigado” por la distancia geográfica. Si los precios suben unilateralmente en boca de pozo, como pretende Evo, los consumidores finales evaluarán otras alternativas de abastecimiento.

Es que el gas natural tiene alternativas más eficientes que los gasoductos terrestres para ser transportado. Puede ser congelado hasta su forma líquida (el GNL o gas natural licuado, -LNG en inglés-), embarcado en barcos refrigerados hasta mercados lejanos, recalentado para volverlo a su forma gaseosa, a partir de lo cual es inyectado a la red de tuberías locales. Esta logística, llevada a gran escala, permite disponer de gas muy barato en cualquier lugar cercano a las costas, si bien se requieren grandes inversiones. Gracias a estos avances, el gas se está transformando en un commodity global; y los océanos, en los principales gasoductos. Lo cual tiene como ventaja adicional que el gas puede ser adquirido por licitación desde el país que más convenga y sin condicionamientos geopolíticos. Países carentes de fuentes de energía como Japón, Corea del Sur, Taiwán o España dependen de esta forma de aprovisionamiento y la actual expansión del GNL está siendo impulsada básicamente por Estados Unidos en sus costas del Golfo y del Pacífico.

El transporte marítimo de GNL puede cambiar la geografía económica mundial, porque esta energía se usará en grandes complejos industriales junto a los terminales de gasificación en las costas. Las tierras interiores y montañosas acentúan su desventaja competitiva global pues dependen de redes de gasoductos más caros e inseguros. Las reservas de gas están más dispersas en el mundo y son mucho más abundantes que las del petróleo. Hay muchos yacimientos de gas en las costas o próximos a los océanos, y se siguen descubriendo nuevos campos. Están surgiendo nuevos actores energéticos en el escenario mundial: la pequeña isla de Trinidad está desarrollándose como un gran productor de GNL en Sudamérica, antes que Venezuela. Qatar en el Golfo Pérsico se ha anticipado a Arabia Saudita e Irán. Brunei y Malasia se desarrollan en el Asia- Pacífico.

Un tercio de las reservas de gas hoy conocidas están en Rusia y otro tercio en los países del Medio Oriente, siguiéndoles África (Argelia y Nigeria) e Indonesia y Australia en el Pacífico. Pero, -y a diferencia del petróleo-, Sudamérica no es un actor relevante en gas natural a escala mundial. Posee sólo un 4% de las reservas mundiales de gas natural, diseminadas en una amplia zona geográfica que corre por la vertiente oriental de los Andes, desde la isla de Trinidad hasta Tierra del Fuego. Es decir, mayoritariamente en las tierras interiores del continente, donde no se encuentran los consumidores.

De allí que las dificultades que impone la distancia geográfica inciden en el costo y rentabilidad de los gasoductos al interior del continente. A diferencia de Europa, Sudamérica es un continente desigualmente desarrollado y vacío en su interior, cuyas escasas “islas” de grandes consumidores están localizadas casi en su totalidad en las costas. Tanto para Venezuela como para Bolivia, debiera ser más atractivo sacar el gas por el mar, antes que distribuirlo por una red de tuberías interiores del continente hacia sus lejanos consumidores.

Por estos motivos es que Chile no está interesado en los gasoductos sudamericanos como el propuesto por Chávez y sigue su propio derrotero. Las señales post nacionalización boliviana (como el anuncio de aumento de precios) refuerzan la rentabilidad del proyecto de GNL de ENAP en la zona central de Chile, que además está pensado para abastecer a gran parte del cono sur sudamericano, cuando colapsen las reservas de gas de Argentina hacia el 2010. Estas señales están impulsando también a las empresas de energía como Gas Atacama (Grupos Suez y Tractebel) a desarrollar un segundo Terminal de GNL en Antofagasta, proyectado para abastecer al sistema eléctrico del norte chileno y eventualmente llegar al noroeste argentino.
Las tuberías pueden conducir el gas en sentido inverso en el 2010. Lo paradójico de esta situación es que la estrategia de “gas por mar” que sostuvo el gobierno de Bolivia en los últimos años frente a Chile puede revertirse completamente… si el gas viene por mar -y más barato- al cono sur de Sudamérica.

1 Comments:

At 7:19 PM, Blogger FISOLOFO said...

Muy de acuerdo con tu artículo muy bien redactado, denota que tienes una sólida formación profesional. No había pensado en la decisión de Chile de instalar la tubería de gas desde Quintero fuera tan sabia como tu señalas al permitir cambiar de abastecedor a la mejor oferta. Me veo obligado a leer tus otros artículos por su calidad y profundidad. Gracias y otro abrazo al viejo huraño.

 

Post a Comment

<< Home