eppur si muove

E pur si muove... Cuatrocientos años después de Galileo, el "interés nacional" ha reemplazado al Santo Oficio. ¿Seguiremos siendo resistentes al conocimiento y al cambio, y persistiremos en el error?

Saturday, February 23, 2008

Las aguas bajo Arica, una solución evidente para la ciudad.


Bajo Arica cruzan corrientes de agua limpias, caudalosas y bajas en boro. Aparecen en los subterráneos de los edificios del centro y en los pantanos y lagunas del litoral. Y no las aprovechamos, mientras en Santiago se decide desalinizar el agua del mar -con su dosis de boro incluido- a un costo de 35.000 millones de pesos y que impondrá un costo operativo adicional de $ 5.000 millones al año a las cuentas de agua de los ariqueños…


Los ariqueños recuerdan como en el pasado afloraban aguas subterráneas en el litoral costero, en los contornos del Morro, en el sector donde estuvo ubicado el ex hotel Pacífico, alrededor de la estación del Ferrocarril a Bolivia y muchas casas y empresas en el centro se surtían desde norias de agua dulce. Al inicio del Parque Ibáñez comenzaban los afloramientos en Las Chimbas (que continuaban por el actual Casino, Hotel El Paso y el campus Velásquez), mientras otras vertientes aparecían al norte del río San José en la playa del Chinchorro. Incluso se habla de grutas con agua dulce bajo el mismo Morro de Arica y existieron pozas de agua dulce en la misma playa, en el sector de la Isla del Alacrán, Infiernillo y playa La Lisera. Gran parte de estas surgencias fueron tapadas con la construcción del puerto y la Costanera, pero aún en nuestros días aparecen aguas dulces en los subterráneos de edificios céntricos como el edificio Plaza, la torre Empressarial, tiendas ABC y el nuevo edificio Ultramar; lo que se atribuye erróneamente a roturas de cañerías de agua potable.


Es la naturaleza quien nos recuerda que Arica está emplazada en este lugar por ser un punto de encuentro de las aguas subterráneas y superficiales. Durante milenios, la vida de los pobladores de Arica se surtió desde estas fuentes de agua durante todo el año y en forma independiente a los escasos caudales que trae el río San José. Por lo cual, la ocupación humana, los cementerios, los túneles bajo la ciudad, la riqueza arqueológica, la existencia de geoglifos y figuras en los cerros de Arica es consecuente con las venas o corrientes de aguas subterráneas; el elemento integrador de la vida y obra humana en el desierto.


Los caudales extraídos desde estas corrientes posibilitaron el desarrollo de Arica durante el siglo XX. Por el agua se instaló en Arica el polo de desarrollo industrial más importante de la costa del Pacífico entre Lima y Valparaíso; el barrio industrial en torno a Av. Santa María es ejemplo de ello. Sin incluir los pozos en Villa Frontera y los de La Concordia, no menos de 100 pozos fueron perforados de 1956 a 1975 en la ciudad por la CORFO, la Junta de Adelanto, la Dirección de Riego y la Dirección de Obras Sanitarias para abastecer a la industria, a la creciente población atraída por el puerto libre y a los recintos deportivos y áreas verdes que transformaron a Arica. Los chilenos demostramos aquí, en el desierto más árido del mundo, que la soberanía efectiva se establece por el agua.

Hasta hoy, los sectores urbanos de Saucache, Pampa Nueva, Estadio C. Dittborn, Cerro La Cruz y el Morro se abastecen sólo desde los pozos existentes en la ciudad misma, con aguas dulces de excelente calidad, donde el contenido de boro es menor de 1 mg/lt, y con una tremenda capacidad de extracción subutilizada. Una tremenda fortaleza para la ciudad. ¿Evidencias? Estos pozos sustentaron todo el abastecimiento de la ciudad y su núcleo industrial hasta 1997 y desde ellos se llegó a extraer más de 19 millones de m3 de agua potable al año, en plena época de sequía cuando no bajaba el San José (1994-96). Para considerar, un volumen de extracción de agua potable mucho mayor al actual, -13 millones de m3 al año- y que ahora es abastecido también desde el valle de Lluta, con su dosis de boro.


Existen asimismo 18 pozos sin utilizar al interior de la ciudad , construidos por la Corfo y la ex -Junta de Adelanto, pues carecen de derechos de aprovechamiento al desaparecer la JAA y no ser traspasados a la Municipalidad de Arica. A la vigencia del Código de Aguas de 1981 no hubo quien reclamara su propiedad ni justificara su uso. Como ejemplos, están en el mismo edificio Plaza (Plaza Colón), en el Estadio Carlos Dittborn, el parque Ibáñez por calle Chacabuco, en el parque Brasil, en Balmaceda con Capitan Avalos.


¿De dónde vienen estas aguas? Los modelos de simulación desarrollados por consultores nos dicen que las aguas subterráneas del Río San José cruzan bajo la ciudad en una forma de delta, y la sobre-explotación de pozos en el valle de Azapa terminaría por secar estas aguas en el centro de Arica. En virtud de ello, se estableció, mediante decreto DGA Nº 202 de 1996, una zona de prohibición para la extracción de aguas en el valle de Azapa y el centro de la ciudad de Arica. Es decir, se restringieron las extracciones a los derechos de aprovechamiento existentes a tal fecha, pudiéndose regularizar sólo las extracciones en uso con anterioridad al año 1981.


En la práctica, la gran cantidad de pozos construidos en Arica entre 1956 y 1975 cumplen esta condición, pero debido a que la demanda de agua es creciente en el valle de Azapa, se permite trasladar estos derechos desde pozos inactivos de la ciudad, asignándolos a pozos nuevos en el valle. Se asume que estas pueden ser captadas en cualquier punto porque se trataría de las mismas aguas contenidas en un acuífero que funciona como "mesa de agua" o cubeta subterránea.


Sin embargo, las diferencias entre pozos, -a veces muy próximos- permiten predecir que las aguas circulan bajo Arica y el valle de Azapa a través de “venas” o corrientes subterráneas, y no permanecen sobre tal mesa o cubeta de agua estática. Existe un 2% de pendiente en Azapa y en el plano urbano, por lo que las aguas subterráneas bajan rápidamente al mar. Como ejemplo, las aguas del Edificio Plaza afloran a 10 metros sobre el nivel del mar, y a un paso de la playa. Por lo mismo, parece haber una recarga adicional a través de fracturas en los cerros, desde el Morro al Cerro Sombrero y junto al Cerro Chuño, pues las aguas que afloran en sus laderas son hidroquímicamente distintas, poseen menor salinidad que aquellas extraídas en Azapa.


De ser así, al dejar de bombear los pozos urbanos y costeros de Arica sólo se aumenta el volumen de agua subterránea que inunda los edificios y descarga finalmente al mar, mientras que al "trasladar" los derechos de extracción al valle de Azapa aumentará la sobre-explotación de las aguas en el valle y se secarán las vertientes, especialmente en épocas de sequía.


Estamos buscando el agua donde no se debe porque la circulación del agua subterránea en Arica es mucho más compleja de lo que nos imaginamos. Nos falta mucho por conocer. La Municipalidad de Arica puede tomar una acción decisiva al respecto, ya que administra los espacios públicos urbanos, las plazas, los parques y las calles. ¿Porqué simplemente no extraemos los recursos hídricos que hoy inundan el centro de Arica y que circulan paradójicamente… bajo las oficinas de los servicios interesados en desalinizar el agua del mar?

Los recursos hídricos de Arica - Parinacota




¿Arica carece de recursos hídricos? Se nos ha vendido esta falsa idea y vivimos pendientes de monosoluciones dogmáticas impulsadas por el Estado como panaceas del desarrollo. Hace 30 fue la extracción de aguas del lago Chungará desde la planta elevadora Ajata, posteriormente fueron los Pozos del Lauca en el altiplano, después las 1.500 hectáreas, los recontra-estudiados embalses de Livilcar y Chironta y ahora se viene la desaladora de agua de mar...


Lo cierto es que la nueva región de Arica-Parinacota tiene importantes recursos de agua, pero carece de una visión holística del tema hídrico y con enfoques multidisciplinarios y adaptados al entorno desértico y andino. Hoy ocupa sólo el 2% de las aguas que precipitan en las alturas, podría multiplicar varias veces la oferta hídrica en las cuencas costeras sólo acumulando las aguas que se van al mar en verano, y no hemos aprendido a reconocer el camino de las corrientes o “venas” subterráneas bajo el suelo, tan comunes en la visión andina del agua.


Arica posee el récord mundial de escasez de precipitaciones pues en toda la zona costera y de los valles y pampas desérticas prácticamente nunca llueve. Pero en la cordillera las precipitaciones aumentan con la altitud en el verano andino de diciembre a marzo (que los chilenos llamamos paradójicamente invierno boliviano). Las masas de aire húmedo proceden casi exclusivamente del Océano Atlántico a través de la cuenca amazónica y caen en forma de lluvia y granizo hasta los 4.500 metros de altura y más arriba como nieve o hielo.


El entorno natural de Arica se compone de una multitud de elevadas cumbres donde precipitan y se guardan las aguas. En un radio de 200 kilómetros a partir de Arica (en Parinacota y en los territorios limítrofes de Perú y Bolivia) existen no menos de 150 nevados y volcanes por sobre los 5.000 metros de altura, que actúan como "torres" de captación masiva de precipitaciones. Esta capacidad de captar precipitaciones no ha sido estudiada en detalle, si bien se puede inferir que una sola cumbre puede capturar y almacenar decenas de millones de metros cúbicos (m3) de agua cada año.

Según el Balance Hídrico de Chile 1987, si multiplicamos la lámina de agua que cae en promedio por la extensión del territorio de Arica-Parinacota (16.873 km2), nos da una cifra anual de 2.600 millones de metros cúbicos (m3) de precipitaciones en promedio anual para nuestra región. Y si consideramos la cuenca circunlacustre y la cordillera occidental entre el Titicaca y el mar, llegamos a 71.000 millones de m3 de precipitaciones, pues estas zonas de la Meseta del Collao reciben una lámina de precipitaciones similar a la región del Maule o el BioBío. Solo nos basta mirar en la imagen de satélite los gigantescos campos de nieve que rodean al Sajama, los Payachatas, la cordillera del Barroso y las Achachilas entre Tacna y Puno.

Este Balance Hídrico nos indica que en esta región sólo la décima parte de las precipitaciones fluyen a través de los ríos y/o descargan al mar. Las cuencas del altiplano en Parinacota concentran el 75% de la escorrentía superficial de la región, cuya masa hídrica finalmente fluye hacia Bolivia a través de los ríos Caquena, Lauca y Putani. Un pequeño volumen (12 millones de m3) es trasvasado desde el río Lauca a la cuenca del San José para el regadío de Azapa, mientras que el río Caquena –el de mayor caudal en toda la región con más de 100 millones de m3- fluye íntegramente a Bolivia como afluente del Maure.

Los ríos de las cuencas costeras que desembocan al Pacífico tienen caudales muy variables y más modestos que los ríos altiplánicos: 75 millones de m3 anuales en el Lluta, 15 millones de m3 por el San José, 1 millón de m3 por Vítor y 40 millones de m3 por el Camarones. Sin embargo, la mitad de este escurrimiento descarga al mar (64 millones de m3), básicamente en las cuencas del Lluta y Camarones, ante la mala calidad de las aguas de riego.


Entonces, resulta que el 85% de las aguas que fluyen en superficie en la nueva región no se están usando. El mayor volumen, 193 millones de m3 anuales, fluyen por los ríos altiplánicos Caquena, Putani y Lauca hacia Bolivia; mientras que 64 millones de m3 de aguas de crecidas estivales (de buena calidad) se descargan al Pacífico en los ríos Lluta y Camarones, y unos 30 millones de m3 se pierden por evaporación en los valles costeros. Con lo cual, la utilización real de recursos hídricos en la región de Arica (para riego y agua potable) no supera los 50 millones de m3 al año, es decir un 15% del total de aguas superficiales… y sólo el 2% de las aguas que precipitan. Notable, ¿verdad? Pero hay incógnitas aún más increíbles.


Lo que nunca se ha explicado convincentemente es lo que ocurre con el 90% restante de las precipitaciones del Altiplano. Es decir los 2.255 millones de m3 anuales de aguas que no escurren en superficie, sólo en la región de Arica, y los inmensos volúmenes de la cuenca circunlacustre del Titicaca y la Cordillera Occidental. El destino de este enorme volumen de agua sólo puede ser la evapotranspiración o la infiltración. No podemos asumir que esta enorme proporción de agua se vuelve a evaporar y no se infiltra ni una gota –como sostienen los estudios actuales-, porque esas aguas evaporadas debieran volver a caer en alguna parte para completar el ciclo del agua. Asimismo, las superficies evaporantes (lagunas y bofedales) son pequeñas, las baja densidad del aire y las temperaturas que se registran no favorecen una evaporación importante, y la escasa cobertura vegetal impide la pérdida masiva de agua por transpiración.


La mayor parte del agua precipitada debe entonces infiltrarse en el Altiplano y constituir corrientes subterráneas. El terreno en el Altiplano y específicamente en torno a los volcanes es muy favorable para la infiltración, ya que las coladas de lava y el subsuelo fracturado son medios porosos muy permeables. La activa circulación del agua por el subsuelo se evidencia a cada paso en la infinidad de surgencias, vertientes, lagunas y los bofedales que crecen a partir del agua pura que surge del interior de los cerros. ¿Cuánta agua almacenan los Andes?

Las tierras altas andinas esconden acuíferos gigantescos en el sur del Perú -acuíferos del Maure/Capillune- y en la Meseta del Collao, aún escasamente determinados. Como ejemplo, en Chile se han detectado 45.000 millones de m3 de aguas subterráneas contenidas en una reducida extensión de 480 km2 en la cuenca del Alto Lauca, desde Chapiquiña a Choquelimpie. Es el acuífero de mayor magnitud hasta ahora detectado en Chile, pero sólo es una muestra de la enorme magnitud de los acuíferos ubicados en las tierras circundantes del Sajama y los Payachatas, en la meseta del Huaylas entre el Tacora y los Nevados de Putre, y bajo las mesetas del Tripartito, el Ayro y Patapujo… (el lugar de los 100 puquios, en aymara).


Volúmenes de aguas de esta magnitud y que se recargan constantemente por las precipitaciones de verano deben bajar necesariamente al mar a través de corrientes subterráneas. Tenemos un territorio con más de 6.000 metros de desnivel en menos de 100 kilómetros (el mayor en el mundo) y consecuentemente una gran pendiente del 6% en promedio. Aquí los Andes se "doblan" y cambian de dirección, a través de la deflexión de Arica que separa los Andes peruanos de los chileno-bolivianos. Por nuestra sismicidad tenemos innumerables fracturas o fallas geológicas que cortan las rocas a gran profundidad. Por estas fallas bajan las aguas, cruzando las divisorias bajo la cordillera, hasta empalmar perpendicularmente con los valles, produciendo allí vertientes y aguadas naturales, mientras que otras descargan directamente al mar. Es una mega-cuenca hídrica en profundidad bajo los Andes. ¿Evidencias? Las aguas de La Concordia, las aguas de Caleta Vítor, las aguas que afloran en Arica bajo sus edificios del centro e incluso en los bordes del Morro.


Este es el esquema hidrológico de Arica basado en la visión andina del agua como integradora del territorio, pero tan distinta y diferente a la visión occidental tecnológica que se enseña en nuestras universidades y que manejan quienes deciden las inversiones públicas en Santiago. Así, en Arica estamos buscando el agua en lugares no óptimos y estamos dando “palos de ciegos” con estudios, inversiones y soluciones inadecuadas. Y persistimos en el error.

Como Región, debemos asumir otras opciones del conocimiento hídrico con enfoques multidisciplinarios y concentrados en el grandioso y olvidado patrimonio cultural del desierto costero. Sin olvidar los conocimientos de los pueblos que han conquistado las montañas y los desiertos, desde los persas y afganos de hace 2500 años atrás, hasta las actuales técnicas avanzadas de detección y explotación del agua subterránea. El problema en Arica no es el agua porque recurso hídrico sobra. Necesitamos ideas que trasciendan y voluntad de servicio público.

Monday, October 08, 2007

El absurdo de lo absurdo: Derrochar el agua dulce al mar para luego desalarla.


A alguien se le ocurrió que la solucion para Arica era una planta desalinizadora de agua de mar. Y la Presidenta prometió regalarnos una planta el 23 de marzo pasado. Aplausos, fin al boro del agua potable y agua para todos los campos en Azapa. Como yo tengo esa mala costumbre de comer todos los dias, trabajo para el fisco (y quiero que me paguen), mejor no me pongo criticón y dejo que un español nos cuente lo que pasa por allá. Eso sí, cualquier similitud con nuestra bombardeada ciudad ES PURA COINCIDENCIA.
El absurdo de lo absurdo:
Antonino Fabregat (*) www. información.es.
ALICANTE, Martes 21 de Agosto del 2007.

Desde luego que estos políticos/as hay que ver como se la juegan. Recientemente ha estado por este privilegiado litoral la titular del Ministerio de Medio Ambiente, Cristina Narbona, en apoyo de la instalación de una macroplanta desaladora que, contra viento y marea, imponen ubicar a las mismas puertas de Torrevieja. Por toda la parafernalia desarrollada, da la impresión que está mofándose al imponer sus criterios pese a quien pese. El alcalde de Torrevieja se apercibió del «montaje» y no autorizó el «tablao» con que celebrar la burla en su administrado municipio. Por lo que la comitiva hubo de desplazarse a Guardamar -allí administra una alcaldesa del mismo color político que la ministra, el PSOE-. Claro está, no acudió ningún representante popular del Ayuntamiento torrevejense. Faltaría más.

Así, hemos podido observar como la señorita Narbona, con todo el riesgo del mundo para su salud, bebía un botellín de agua desalinizada o desalada, -que nunca nos pondremos de acuerdo- que dicen, procedía de la planta de San Pedro del Pinatar. En honor a la verdad hemos de reconocer, que no nos creemos del todo, que el susodicho botellín fuese de agua desalada. La Narbona es persona con formación suficiente para entender que ese botellín podría ser lo último que ingiriera, por obra y gracia del alto grado residual en boro. Aunque tampoco hay porqué ser excesivamente catastrofista, con un solo botellín intuimos que no se vería excesivamente afectada.

Lo que sí sería conveniente es escudriñar cuantos botellines sería capaz de tolerar su organismo con o sin un buen antídoto. La ministra sabe, -aunque hace como que lo ignora- que el boro se acumula en la célula en ínfimas dosis, siendo incapaz de autorregularlo. Lo que a la larga es altamente nocivo. Por sus palabras, la misma ministra reconoce la intolerancia del boro aunque, quitándole hierro a la cosa, argumenta que es leve. Entonces cabría preguntarle: ¿cuántos grados de levedad es capaz de tolerar el organismo humano sin funestas consecuencias. Señora ministra, no pretenda hacernos comulgar con ruedas de molino. Por todos es sabido que el agua del mar -alto contenido en cloruro sódico- por muy desalada que esté, no es apta para consumo por boca y tampoco para riegos agrícolas.

Por lo visto y oído, hay sospechas fundadas de que este «circo» ha sido montado nada más y nada menos que para demostrar un acto de fuerza política, más no de fe. Imponiendo que este macro proyecto, de consecuencias imprevisibles para la población -proyectado en el centro de una gran ciudad- , pese a la ingente cantidad de pronunciamientos en contra de su desdichado emplazamiento, se oponga quien se oponga, ¡va adelante! A mayor irresponsabilidad, justo al lado del Hospital General. Habrá que rezar para no caer enfermo en sus cercanías.

La ministra apostilla que la planta es la más grande, monstruosa diríamos, del mundo. Imaginemos por un momento cuando ese tinglado esté en marcha la de monóxido de carbono que es capaz de desprender, se aprecia que el equivalente a 3.000 coches circulando al unísono, será capaz de producir 80 hectómetros anuales, que comparado con los que tira al mar el río Ebro, con el plácet del Gobierno Central, es una minucia. Señora ministra, sin ambages, diga cuantos hectómetros anuales son derrochados. Con solo indicarnos los tirados al mar en la última desgraciada riada del Ebro, nos sentiríamos complacidos.

La planta tendrá un costo total de 50.000 millones de pesetas. (Digo bien, cincuenta mil millones de pesetas). De mantenimiento anual ni hablamos. Asusta. Caducidad: unos diez años. Con lo barato y duradero que salía el proyectado trasvase, derogado por el gobierno al que pertenece la Ministra. Así , no entendemos, nadie lo ha explicado en ningún lugar ni ocasión, creemos porque es irracional, ese empecinamiento por cargarse el litoral de la próspera ciudad torrevejense. ¿Qué culpa tiene Torrevieja de que la Madre Naturaleza haya sido tan pródiga y propiciado este clima sin igual Da la impresión, que este mal proceder lo hacen con la finalidad de eternizar a los del PP en Torrevieja y en la Comunidad Valenciana para in sécula seculórum.

La señorita Narbona, con toda la soberbia que la respalda -estos políticos- por ser la titular de un ministerio, ha dicho que va a utilizar todos las cauces habidos y por haber para que se pueda verter al mar Mediterráneo la salmuera residual contaminante de la planta desalinizadora de Torrevieja, pues no es nociva. Señora Narbona, si fuese cierto que la salmuera residual no es un alto contaminante, ¿por qué entonces, no ordena verterla al lago, al Parque Natural de Las Salinas que está justito al lado de la proyectada planta? Así lograría dos objetivos: solidificar la sal con mayor brevedad y reducir costos. Pero esto, como es sabido, no es posible, pues la salmuera es altamente contaminante. Por lo que; ¡hala! al Mediterráneo. Allí cabe todo, que nos cargamos la flora y fauna del litoral, qué más da.

Está bien, muy bien, una y mil desaladoras-desalinizadoras, faltaría más. Pero proyectadas con un orden. No macro. Sí al emplazamiento y tamaño conveniente. Pero también trasvase, sin perjudicar a nadie; no es incompatible. También sacar a la Virgen en Rogativa. Y pozos artesianos, muchos pozos. Y lo que haga falta. Todo menos derrochar el agua dulce al mar para luego desalarla. Y sobre todo mucha imaginación y bien hacer.

Cabe aclarar el por qué no comparto los criterios que impone la señorita Carbona. Por su ubicación en las mismísimas puertas de Torrevieja. Ciudad con 100.000 habitantes de derecho, con más de un millón de visitantes de hecho este mes de agosto. Por otro lado, el empecinamiento -por conveniencia política- de lo absurdo en derrochar el agua dulce del Ebro al Mediterráneo por Amposta, no nos cansamos, no derrochar, no, por paliza no quede, a ver si alguien con cordura nos oye. Y ya saben: esta agua dulce, mezclada con la marina, es la que luego proyectan desalar en Torrevieja, con alto coste económico, energético y contaminante. De lo que se tira al mar, nadie se aprovecha.

En su visita, la ministra Narbona dice reiteradamente: «este es el peor periodo de sequía de la historia de España». Lo que no entendemos cómo es posible que al reconocer la carencia no explica, ¡inexplicable! tal vez, el porqué derrama el agua dulce sobrante del Ebro al mar. ¡Sí! entiendo que cansa la cantinela pero, repito, a ver si alguien, aunque sea por aburrimiento, nos escucha y hace algo en pro de componer lo que entendemos, es un crimen de lesa humanidad.

No obstante; confiamos ansiosos que impere la cordura. Las pugnas políticas no son buenas para nadie y menos para la ciudadanía. Señores/as políticos/as procedan por tanto en lo conveniente por y para el pueblo.
*Antonino Fabregat es empresario.

Sunday, October 07, 2007

Bienvenida la Región de los Hoyos


Tengo mi día de furia, al contemplar el estado de la ciudad de Arica en el día que precisamente se inicia la nueva región.

"Hoy 8 de octubre del 2007 doy la bienvenida la región de los hoyos"
Y no me refiero precisamente al déficit de $ 2.900 millones que proyecta la Municipalidad hasta fin de año. ¿Estaremos en Afganistán o en Bagdad? Calles y veredas cual postales de un "bombardeo táctico", cañerías de agua que se revientan constantemente, casas y pavimentos que se hunden y suelos que se disuelven bajo nuestros pies. ¿Qué ocurre bajo Arica?

Usualmente le echamos la culpa a los contratistas y constructores, al cambio de cañerías de agua potable de la empresa Aguas del Altiplano, a los inspectores de la Municipalidad, del Serviu, del Gobierno Regional y cuanto organismo más se nos ocurra que debe tener injerencia en esto. Y es cierto que muchas empresas hacen los trabajos "al lote" y los inspectores son poco dados a fiscalizar y salir a las calles. Pero la cosa va más allá.

Me pregunto porqué las calles se reparan y se parchan constantemente en Arica y se vuelven a agrietar o hundir -sólo recordemos cuántas veces se ha hundido la calle lateral de Diego Portales entre el Líder y la rotonda Tucapel-; me he puesto a averiguar cuántas son las casas hundidas en las poblaciones en los cerros, en Guañacagua, en Miramar, en Cerro La Cruz, en Villa España; he preguntado qué pasa si entra un camión recolector de basura de alto tonelaje a una calle o pasaje en las poblaciones, pregunto el porqué en Arica se rompen las matrices de agua potable aún en tramos recién reparados con tuberías de polietileno de alta densidad; pregunto la razón de que el suelo se disuelva lentamente bajo nuestros pies y se encuentren grietas y cavernas en todo el contorno de los cerros que rodean la ciudad.

Poco consideramos a la geología, -el estudio del subsuelo- en Arica. Estamos en una de las zonas más fracturadas del mundo por nuestra sismicidad (justo donde los Andes se "doblan" hacia el oeste al ingresar a Perú), y con una tremenda pendiente desde las altas cumbres al mar. La circulación de las aguas subterráneas corre entonces por conductos (zonas de permeabilidad preferente en términos técnicos) donde disuelven los materiales del medio rocoso. Al llegar a las tierras bajas, se encuentran con terrenos saturados de sales, pues anteriormente estuvieron bajo el mar. ¿Se han fijado qué ocurre en las laderas de los cerros después que llueve? Se ponen blancas por la sal, y si lloviera fuertemente en Arica gran parte del suelo se disolvería. Por eso nuestras aguas subterráneas son "duras", es decir con alto contenido de sales, calcio y magnesio y, gota a gota con el correr de millones de años, se ha ido formando una red de verdaderos ríos subterráneos que corren por cavidades o "venas" que incluso pueden desembocar bajo el mar.

La circulación de las aguas subterráneas va unida tácitamente en Arica a la disolución de las rocas y a la formación de zonas o franjas de hundimiento del suelo. En la naturaleza desértica, el polvo y el sedimento cubren estas fracturas por acción del viento, pero cuando emplazamos encima de ellas nuestras construcciones, calles y tuberías, el terreno termina cediendo ante el mayor peso, a lo que se agrega la ayudita -siempre generosa- de los temblores.

Entonces es que me empiezo a explicar porqué la empresa concesionaria Aguas del Altiplano pierde más de 20 millones de metros cúbicos (m3) en las redes de distribución entre Arica e Iquique, un volumen correspondiente al 44% del agua producida. Así, mientras aumenta la extracción de agua desde los pozos, en paralelo ocurre una disminución del consumo y de la dotación de agua por habitante. Sólo en Arica se extraen unos 19 millones de metros cúbicos de agua al año, (es decir un caudal medio de 600 lt /segundo), pero en la salida de aguas servidas, el emisario Chinchorro descarga al mar un caudal de sólo 333,8 lt /seg., o sea 10.5 millones de m3 al año. Tenemos entonces una pérdida de 8,5 millones de m3 de agua en las redes urbanas de Arica, o su equivalente de 267 lt/segundo.

En resumen, a los conductos naturales de aguas subterráneas que cruzan bajo la ciudad desde tiempo inmemorial -de allí nos explicamos las aguas bajo el Morro, Infiernillo y las Chimbas- ahora se agrega un verdadero río de agua potable que se vierte en forma difusa. Un volumen similar al que pretendía extraer el MOP desde los pozos del Altiplano en el Alto Lauca (280 lt /seg.), y en relación a la operación actual, un volumen que permite dejar de extraer aguas desde el Río Lluta con las más altas cargas de boro en el mundo. Además, estas rupturas de tuberías y pérdidas en la red ayudan a disolver las sales del subsuelo en múltiples lugares, en especial en las poblaciones ubicadas sobre terrenos altamente fisurados en el cordón de cerros que remata en el Morro, afectando a las construcciones y la infraestructura urbana aún en lugares de construcción muy reciente.

¿Y porqué la concesionaria Aguas del Altiplano no arregla el problema de pérdidas de agua en el desierto más seco del mundo y dejamos de consumir agua con boro? Porque es un servicio regulado que vende en $ 830 el metro cúbico de agua que les cuesta $ 379, y con tales resultados operacionales ya asegura el negocio y la rentabilidad; aunque nadie calcula ni "internaliza" estos costos asociados que afectan a la ciudad. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato, al agua, a los hoyos, al boro, a las cuentas y a los hundimientos de calles y casas? Aunque nos empecinemos en negarlo, tenemos hoyos para rato en Arica, porque todo se relaciona con el suelo y el agua que no vemos correr bajo nuestros pies.

Saturday, February 17, 2007

La maldición de los recursos naturales



¿Podra el "Compañero" Hugo Chavez sostener su socialismo del siglo XXI frente a la maldición de los recursos naturales?

Al igual que un hijo de familia adinerada que es educado en el facilismo o que un pobre que recibe un “golpe” de fama y dinero, los países que se encuentran repentinamente con riquezas naturales fáciles pueden gozar de una bonanza transitoria, pero es casi seguro que este acontecimiento los deje menos preparados para el progreso sostenible a futuro.

Es la llamada "maldición de los recursos naturales", porque la experiencia demuestra que generalmente la mayoría de los países ricos en recursos naturales se destacan por su inestabilidad política, su corrupción endémica y su falta de desarrollo. En algunos casos se entremezclan intereses extranjeros con facciones internas para producir guerras civiles. En otros casos son familias dominantes las que acaparan el poder y las riquezas. Si las riquezas son controladas por el Estado, en el mejor de los casos el sistema político de gobierno es presa de democracias populistas que reparten prebendas y destruyen los valores culturales (como el trabajo duro y el ahorro) necesarios para el desarrollo.

¿Es posible escapar a la maldición de los recursos naturales? Parece no ser algo irreversible, pero es muy difícil de evitar y se conocen escasas excepciones a nivel mundial. Algunas condiciones que pueden evitarla son, 1º) Que se trate de un país con una cultura preexistente que haya asimilado firmemente los valores del esfuerzo personal. 2º) Que el país reciba el golpe de suerte en un estado avanzado de su desarrollo económico y de su cultura política y 3º) Que, en ausencia de lo anterior, la propiedad de los recursos generadores de la renta extraordinaria sea privada y esté atomizada, evitando su concentración en pocas manos.

La naturaleza del problema

La razón es clara y la expone el profesor Richard M. Auty, profesor de Geografía Económica en la Universidad de Lancaster en su libro Resource Abundance and Economic Development (Oxford University Press, 2004). Los países con abundantes recursos naturales tienden a engendrar grandes Estados con vastos intereses, cuyo objetivo es capturar las rentas que producen tales recursos, a expensas de la coherencia en la formulación y aplicación de políticas públicas.

Se trata de un asunto de incentivos perversos. La abundancia natural genera grandes grupos de poder y de presión –cazadores de rentas– que se convierten en el principal obstáculo a las reformas que incrementen la productividad. Por contraste, los países en desarrollo con una pobre dotación de recursos naturales –petróleo, cobre, tierras fértiles, entre otros– tienen un fuerte incentivo a realizar reformas alineadas al interés de las mayorías pobres y existe una fuerte presión social para generar riqueza a través de mejoras sustanciales en la productividad.

En un articulo reciente, Thomas Friedman argumenta que el arma más letal que tiene Estados Unidos contra Irán o Venezuela es reducir su propio consumo de hidrocarburos y consecuentemente el precio mundial del petróleo. Si esto ocurriera, Irán debería eliminar los US $ 25,000 millones de dólares de subsidios populares que sostienen políticamente al régimen de Ahmadineyad, condenándolo a la impopularidad y a su eventual caída. "Hay solamente una cosa más tonta que ser un país adicto al consumo de petróleo (refiriéndose a USA) y esa es ser un país adicto a la venta de petróleo. Porque ser adicto a la venta de petróleo puede hacer al país realmente estúpido......" afirma Friedman.

El razonamiento lógico de Friedman se fundamenta en la teoría de la maldición de los recursos naturales. La experiencia mundial es abrumadora y muestra que los países pobres pero con rentas importantes de sus recursos naturales, no se desarrollan ni adhieren a democracias genuinas. La principal razón es que esos países no incentivan la cultura del trabajo y del ahorro y la inversión, pues resulta más rápido y atractivo participar del reparto de esa riqueza fácil y vivir de ella.

"En algunos casos esa puja, en la que participan los intereses de las empresas multinacionales, da pie a guerras civiles o regionales. La difícil solución del problema iraquí tiene hoy como trasfondo el hecho que todo el petróleo iraquí está en zonas shiitas y kurdas y nada en las zonas sunnitas. La guerra civil de Irak es una lucha de facciones religiosas por el poder -en vistas del futuro retiro de la coalición-, alimentada por una lucha por la distribución de las rentas del petróleo.

"Cuando el país es pobre pero homogéneo y escapa a estas divisiones, el resultado más probable es que dictadores o familias feudales asuman el poder total manteniendo la unidad territorial. Quien llegue al poder tendrá suficientes recursos para mantenerse en él y por lo tanto es normal encontrar que estos países sean manejados por dictadores o familias reales. Este es el caso de Arabia Saudita, Libia, Brunei y otros países petroleros.

"Si la política evoluciona a formas democráticas, la tendencia será al populismo, esto es, a repartir la renta de las riquezas naturales en forma de prebendas. Venezuela es el mejor ejemplo actual.

La maldición de los recursos naturales se traduce entonces, en el peor de los casos, en conflictos armados regionales o guerras civiles internas. En los casos más normales, genera totalitarismos y control de las riquezas por unos pocos o por el Estado. En el mejor de los casos, genera democracias populistas que reparten prebendas y alienan o impiden los factores socio-culturales imprescindibles para el desarrollo.

En su libro más reciente “Making Globalization Work” (Haciendo Funcionar la Globalización), Joseph Stiglitz considera que los países pobres -pero ricos en recursos naturales- tienen dos tareas para superar la "maldición". El primero consiste en obtener el mayor valor posible por estos recursos. La corrupción política y sus correlato, la incapacidad de negociación, hacen que en muchos casos esos países pierdan rentas que les corresponderían -a manos de empresas multinacionales y su capacidad de soborno-. Y, al respecto, reconoce la habilidad de Hugo Chávez y Evo Morales en renegociar viejos contratos sobre sus recursos naturales. El segundo problema es cómo gastar bien las rentas de los recursos obtenidos. La plata que fácil se gana, se gasta también muy fácil; y de la peor manera cuando la política es dominada por criterios populistas. Y aquí radica la mayor amenaza a las políticas que están llevando a cabo Chávez, Morales o Kirchner en Latinoamérica; o las que intenta implantar Correa en Ecuador.

La administración de las rentas de los recursos naturales.

Algunos países no pueden maximizar los recursos obtenibles de la explotación de sus recursos naturales por estar “colonizados” o sometidos a contratos lesivos a sus intereses, dada su incapacidad de negociación. Pero un número creciente de países sí lo está haciendo, y en sus casos el problema relevante es cómo distribuir las rentas. Porque, a nivel del comportamiento social y cultural, la distribución de dinero que no está asociado al trabajo y al esfuerzo personal genera una cultura prebendaria, que es lo opuesto al espíritu industrioso que se necesita para el desarrollo. ¿Para qué esforzarse si el gobierno cubre –o debe cubrir- todas las necesidades? En el asistencialismo y la dádiva que no requiere ni mérito ni esfuerzo está el germen del subdesarrollo, ya que atrofia el espíritu emprendedor de la población.

A nivel macroeconómico, cuando se distribuyen internamente las rentas de los recursos naturales, literalmente se “intoxica” al aparato económico, se generan aumentos de precios y salarios, atraso cambiario (o apreciación de la moneda local) y falta de competitividad, destruyendo finalmente la actividad productiva nacional no asociada a los recursos naturales que generan tal renta. El resultado final es países ricos con poblaciones pobres y dependientes. Esto ocurre cuando los dólares fáciles abundan en el país y ya no es necesario producir internamente, pues todo puede ser importado con las rentas de los recursos naturales. La distribución rápida y generosa de esos recursos es lo que le permite a la población consumir sin producir. En pocos casos como este es tan evidente el conflicto entre distribución y producción.


¿Se puede evitar la maldición?

Stiglitz ve en las rentas de los recursos naturales una oportunidad para democratizar esas sociedades que se benefician de ellas y hacerlas más equitativas. Pero, ¿es posible que en países generalmente pobres y escasamente educados surjan democracias con políticos honestos y burocracias eficientes que adhieran a esas reglas de comportamiento? Es posible, pero altamente improbable. Los ejemplos positivos encontrados a nivel mundial se limitan a Chile (con su cobre) y Noruega (con su petróleo), y en tales casos se trata de países con tradición ciudadana fuertemente arraigada.

Además de maximizar los recursos obtenidos de la explotación de los recursos naturales, ¿qué tendrían que hacer estos países para evitar la destrucción de la producción nacional y de los valores culturales del desarrollo?

"La primera regla es limitar la distribución presente e inmediata, particularmente cuando se trata de recursos no renovables cuyo consumo actual descapitalizará a las generaciones futuras. Idealmente la distribución se debe limitar al equivalente de los intereses obtenibles con el ahorro de las rentas de los recursos naturales en el exterior.

"La segunda regla es que la distribución que se realice sea condicionada al esfuerzo por educarse y capacitarse para la vida laboral, es decir, fortaleciendo los valores culturales para el desarrollo. No hay que regalar pescado sino enseñar a pescar. La educación de calidad es la mejor forma de transferir a las generaciones futuras la riqueza de los recursos naturales.

"La tercera regla es invertir en salud, nutrición, agua potable y saneamiento para erradicar la extrema pobreza y en aquella infraestructura imprescindible para el desarrollo productivo, como son las vías de comunicación, la energía y la protección ambiental.

"La cuarta regla es minimizar el impacto sobre el atraso cambiario del gasto distributivo (la apreciación de las monedas locales), importando todos los insumos que sea posible incluyendo maestros, médicos e ingenieros, para no afectar la capacidad competitiva de la producción nacional.

Pero para que todo esto acontezca debe haber voluntad política para hacerlo, pero ¿qué político ambicioso no anhela sentarse sobre una montaña de dólares mientras la gente sólo clama por prebendas?

El agua potable de Arica en su laberinto.




Hidroxido de fierro que se incrusta en los tubos de los pozos de extraccion de aguas desde el acuifero del Lluta.






¿Que pasa con el agua potable de Arica? Basta con tomar agua y darse cuenta, o lavar la ropa, o meterse a ver el residuo que queda en la lavadora, la tetera y las ollas. ¿Porqué las plantas del centro y sur de la ciudad se ven distintas, mientras que al norte del río San José solo viven algunas palmeras y tamarices? La verdad es que el tema del agua potable en Arica es un gran laberinto, parte del cual tratare de dilucidar en este artículo.

La incorporacion de aguas de mala calidad hidroquimica desde los pozos del rio Lluta en 1997 ES LA CAUSA de la mala calidad del agua potable de Arica, siendo responsable de esta decision el Estado de Chile a traves de ESSAT, y por supuesto los consultores qe recomendaron esa opcion. Aguas del Altiplano solo es la que hoy debe poner la cara.

Para el tratamiento de estas aguas del Lluta se instalo la desaladora DESALARI en 1998 (empresa del grupo OHL - Inima de España, vinculados a las concesiones viales y autopistas urbanas del MOP). http://www.desalari.cl/
Por lo tanto, un "peso pesado". Su contrato de concesion vence el 2009 y presumo estan interesados en renovarlo en "mejores condicione$$$", es decir extraer mas caudal (y mas boro) desde el Lluta, o presionar al MOP para instalar una desaladora de agua de mar en Arica (como hicieron con DESALANT de Antofagasta). Pero esto supondra incrementar (duplicar) el costo del agua en Arica, porque la simple desalacion de aguas demanda costos de US$ 0,65 / metro cubico y sin extraerle el boro, ademas.

Los informes de las consultoras sustentan esta decision de extraer aguas del Lluta pues aducen que NO EXISTEN OTRAS FUENTES DE AGUA DULCE EN ARICA, y la DGA (Direccion General de Aguas) lo avala, prohibiendo la entrega de nuevos derechos en la cuenca del San Jose, incluyendo el centro de Arica (Res. DGA 202 de 1996). Lo cual es falso y como ejemplo estan las aguas de La Concordia, y las aguas que afloran en los edificios del centro de Arica.

La planta Desalari hace un pre-tratamiento a las aguas del Lluta para abatir primero las sales de hierro y manganeso, adicionando permanganato de potasio. El hidroxido de fierro es ese polvo fino de color amarillo anaranjado que se incrusta en las tuberias de los pozos del Lluta, por lo que debe ser removido cada cierto tiempo. Podemos verlo tambien en los drenes de las vertientes en Rosario, donde aflora un agua turbia de color amarillo anaranjado, de composicion quimica similar a las borateras existentes en Colpitas a 4000 metros de altura. Es decir, estas aguas son DISTINTAS a las del río Lluta - y de pesima calidad- y resulta necesario estudiar como llegan a esta zona. Lo importante es saber que el Lluta deberá descartarse para extraer agua potable, si queremos mejorar la calidad de ésta.

La planta DESALARI solo desaliniza parcialmente el agua cruda por osmosis inversa, pues el agua tratada que entrega presenta contenidos de sulfatos, cloruros, sodio, carbonato de calcio y magnesio por sobre la norma. Además, no extrae el boro del agua. DESALARI entrega agua potable con un contenido (estimado) de 19 a 20 mg/lt de boro a la red en los estanques de Cerro Chuño. En este lugar, las aguas del Lluta/Desalari se mezclan con aguas provenientes de pozos del acuifero del San José, a traves de las aducciones Pago de Gomez, planta Azapa y acuifero costero de Arica. La resultante es un agua mezclada que debiera tener no mas de 10 mg/lt de boro. No sabemos si ello se cumple y hay que hacer monitoreos sistemáticos.

Gran parte de la ciudad de Arica se surte del agua que entregan los estanques de mezcla de Cerro Chuño, es decir todo el sector norte y el Chinchorro hasta el rio San Jose. Se exceptuan los sectores de Saucache, Estadio C. Dittborn, Cerro La Cruz y el Morro, donde el contenido de boro esta entre 1 y 2 mg/lt. Estas aguas se extraen de pozos ubicados en la misma ciudad de Arica, con aguas de excelente calidad y con una tremenda capacidad de extraccion aun subutilizada. ¿Evidencias? Estos pozos sustentaron el abastecimiento de toda la ciudad hasta 1997 y desde ellos se llego a extraer más de 19 millones de m3 de agua en 1994, en plena época de sequía y cuando ESSAT era estatal. Esta es mucha mas agua que la que ahora se extrae(13 millones de m3).

Si se pretende extraer más agua desde el Lluta, necesariamente se deberá incrementar la extracción de aguas desde el San José para abatir el boro en los estanques de mezcla del Cerro Chuño, por lo cual ES FALSO que el acuifero del Lluta disminuya la presión sobre el acuifero de Azapa/San José, como nos quiere convencer el MOP. Las opciones que nos quedan son dos: Las Aguas de La Concordia, y las venas de agua que circulan bajo Arica.

Saturday, June 24, 2006

¿Megapuertos o Megacuentos?


Singapur: 423 millones de toneladas de carga y 23,2 millones de TEUS (2005).


¿Se viene ahora la “guerra de los puertos” entre Perú y Chile o será una “sana” competencia por desarrollar el gran puerto del Pacífico para América del Sur? Un caso que enfrenta dos visiones de geopolítica propias de cada país; la visión continental de Perú frente a la visión marítima de Chile.

El presidente electo de Perú, Alan García, ha anunciado que su país busca recuperar el terreno perdido frente a Chile y considera emblemático la construcción de MEGAPUERTOS en Tacna, Ilo, Matarani, Marcona y San Lorenzo/El Callao, por citar algunos. Asume la condición de país ubicado en una posición geo-estratégica clave para crear un "hub" o centro regional multimodal, a partir del cual se concentren y canalicen los flujos de transporte desde el resto de Sudamérica con destino al Asia/Pacífico, y pretende continuar la construcción de las carreteras Interoceánicas del Sur y del Norte hacia Brasil.

La visión peruana contrasta con el hecho que en toda Sudamérica no existen las condiciones para generar un megapuerto como tal, al concentrarse la actividad económica en "islas" de desarrollo, rodeadas de extensos territorios atrasados y desconectados entre sí. Singapur, Hong Kong, Shanghai, Shenzhen, Kaoshiung, Busan, Yokohama, Rotterdam o Long Beach son megapuertos que mueven cada uno más de 10.000.000 de TEUS (trafico equivalente en contenedores) al año. Sudamérica en su conjunto no llega a esta cifra; Santos en Brasil sólo llega a 2 millones de TEUS y nuestros puertos del Pacífico como San Antonio, Valparaíso, El Callao y Guayaquil no llegan al millón de TEUS anuales cada uno. Por si fuera poco, Sudamérica sólo genera el 4% de la carga global (con territorio y población mayores), tiene bajos índices de eficiencia portuaria a nivel mundial -junto al África-, y obviamente los mayores costos por distancias.

Además, en esta competencia por la carga brasileña y boliviana, los puertos peruanos en el Pacífico están más alejados que los puertos chilenos, y eso ocurre porque los Andes se "doblan" hacia el oeste al norte de Arica y la costa se aleja de las zonas de generación de carga. Desde Porto Velho a Arica hay 1.906 kilómetros vía el Beni, mientras que hasta Ilo hay 2.141 y a Matarani hay 2.205, -transitables siempre que se concluya la futura Interoceánica-. Desde Cuiabá en Mato Grosso a Arica hay 1.975 kilómetros por la carretera Cáceres-San Matías-Santa Cruz; mientras que hasta Ilo hay 2.210 y hasta Matarani, 2.275.

Pues bien, resulta que cruzar 2.000 kilómetros por los Andes resulta más caro que navegar 10 a 12.000 kilómetros por el océano y por terreno plano. Desde Iñapari (frontera Perú/Brasil) a cualquiera de los puertos del sur de Perú, el costo de la tonelada de carga transportada –y sólo una vez que la carretera Interoceánica esté pavimentada- no bajará de 90 dólares, mientras que sacar la misma tonelada de carga del centro de Brasil pero llegando al Asia vale 65 dólares. ¿Por qué? Si se hace el recorrido por carretera, hay que subir los Andes hasta alturas sobre los 4.500 metros. La falta de oxigeno fuerza los motores en las alturas, los camiones se "apunan", deben disminuir las cargas unitarias y aumentan los costos. Los expertos en transporte y logística saben que, en distancias superiores a 1.000 kilómetros, si el transporte carga por barco vale 1, por ferrocarril vale 2 a 3 y por camión vale 7 a 10, según trazado y pendiente.

Entonces, el "hinterland" o región de influencia económica de los puertos del Pacifico es muy estrecha en los Andes Centrales a causa del costo de la altitud y al interior del continente conviene sacar las cargas hacia el Atlántico. Los exportadores del Mato Grosso están sólo a 1.650 kilómetros de Santos –por terreno plano y excelentes carreteras- y a sólo 500 km. de Porto Velho (Rondonia), puerto fluvial brasileño sobre el río Madeira. En Porto Velho se cargan convoyes de lanchones y estos barcos bajan 1.060 kms. por el río Madeira hasta Itacoatiara, gran puerto fluvial granelero en el mismo Solimões (Amazonas), capaz de recibir barcos de 80.000 TM, con instalaciones para consolidar allí la carga a 1.500 kilómetros del Atlántico. También contarán con el ferrocarril de Ferronorte, que está llegando a Cuiabá y transporta 5 millones de toneladas de carga al año.

Por su parte, los exportadores de Santa Cruz de la Sierra están a 1.100 kilómetros de Arica e Iquique, pero a 500 kilómetros de la hidrovía Paraguay – Paraná y hoy exportan más carga en lanchones hasta Rosario en Argentina, que la que cruza los Andes hacia el Pacífico; No obstante que esa ruta está supeditada al ingreso de agua por el río Paraguay, y al control económico de Brasil. El yacimiento de hierro del Mutún, en la frontera de Bolivia con Brasil, recientemente adjudicado a la empresa Jindall Steel de la India, sacará el mineral por un puerto fluvial en la hidrovía y por ferrocarril al Atlántico, descartando así toda posibilidad de transferir cargas hacia un “megapuerto” en el Pacífico.

En este escenario, transportar carga desde el interior de Sudamérica a la costa del Perú o Chile -y por consiguiente al Asia- siempre será más barato si se hace por el Atlántico, cruzando el Estrecho de Magallanes o navegando hacia el Este rodeando el África, pues se llega antes por frecuencia de las navieras, la distancia náutica es casi la misma ya que la tierra es redonda -y no como la vemos en los mapas-. No se pueden “aplanar” los Andes ni cambiar el valor relativo de los fletes según el medio de transporte.

El transporte marítimo actual privilegia la construcción de nuevos buques de proporciones gigantescas –buques Post-Panamax- de 5.000 a 8.000 TEUS o más (capaces de cargar más de 150.000 TM), que requieren de economías de escala para operar con ganancias. Éstas sólo se alcanzan cuando los buques alcanzan altos niveles de utilización en relación a su capacidad, por lo cual deben operar en las rutas de mayor tráfico global y en megapuertos con gran capacidad de transferencia y calado.

Las rutas más importantes de este lado del Pacífico son la del Asia con la costa este de los Estados Unidos, y la ruta de la costa este con la costa oeste de Norteamérica. Ambas confluyen en Panamá. Como los barcos Post-panamax no pueden –ni podrán- cruzar el Canal, progresivamente se dan las condiciones para que la carga deba ser llevada desde un océano al otro por el Istmo, y allí se consolide el “hub” de transferencia de carga a través de los megapuertos en cada salida del Canal.

Chile opera como terminal de rutas marítimas y es el mayor generador de carga en la costa sudamericana del Pacífico con el 1% del total global, pero su economía tiene un gran inconveniente: exporta mucho e importa poco. Por lo cual los barcos de gran dimensión llegan vacíos y se pierden ingresos. Así entonces, a las navieras que atienden la costa sudamericana les conviene operar buques rápidos de menor tamaño y costo (barcos feeders o alimentadores) entre Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, y operar el puerto de transferencia de carga en la salida del Canal de Panamá al océano Pacífico. Allí transferirán la carga a buques de mayor tamaño a uno u otro lado del Istmo, hacia sus destinos finales en la economía global. Entonces, Panamá es la clave para posicionarse como actor relevante en el Pacífico sur.

Friday, June 23, 2006

El Gas por Mar






Chavez y Evo nunca dejaran de tener tema en este blog...








La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia obligará a replantear diversos aspectos en el tema de los hidrocarburos y la geopolítica en Sudamérica. Brasil ha perdido posiciones como actor continental relevante frente a Venezuela, mientras que Chile fortalece su propio proyecto, impulsando el abastecimiento de gas por vía marítima desde proveedores distantes.

El proyecto del Gasoducto del Sur de Hugo Chávez no convence en Chile ni en Argentina. El gasoducto proyectado para unir Caracas con Buenos Aires y vertebrar de norte a sur el continente a través del tubo de gas, de 10.000 kilómetros de extensión, atravesando la Amazonía y a un costo de 20.000 millones de dólares, todavía nadie sabe quién lo va a pagar ni cuándo estaría disponible. El objetivo real es fortalecer el ideario político de Hugo Chávez en Sudamérica a través del abastecimiento de este combustible a los mercados deficitarios del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Según cálculos argentinos, el gas venezolano llegaría a Buenos Aires a un costo no inferior a los 8 dólares el millón de BTU, debido a la incidencia del costo del transporte, que se eleva notablemente para un gasoducto de esa extensión. Este precio será además algo muy difícil de explicar a los argentinos, que hoy pagan 1,27 dólares por millón de BTU a sus empresas proveedoras, mientras su consumo interno aumenta y sus reservas se agotarán para el 2012.

¿Por qué la presidenta Bachelet ha aprobado la nacionalización del gas en Bolivia, a pesar de que Chile es importador neto de gas y en la práctica depende del suministro desde Argentina, e indirectamente, por triangulación, del gas que Bolivia le vende a ésta? Es que Chile, -y específicamente el proyecto GNL de ENAP-, salen beneficiados por las medidas de Evo. Se ha viabilizado el primer terminal de GNL para Sudamérica en la bahía de Quintero, en el centro de Chile. ¿Qué importancia regional tiene este proyecto?

Las firmas globales de energía están optimistas sobre el previsible reemplazo del petróleo por el gas natural y cada aumento del precio del petróleo favorece la reconversión al gas. Por motivos ambientales, el gas es más limpio y quema menos carbono, algo crucial a la hora de considerar el cambio climático global. Además, puede ser combinado con el carbón para la generación de electricidad, disminuyendo significativamente las emisiones de CO2 de este último. La dificultad del gas natural es que, como es gaseoso a temperatura ambiente, requiere costosas tuberías e impulsiones para ser transportado desde el pozo al consumidor. Si no se puede usar cerca de las zonas de producción, el transporte por tierra asume una proporción mayor de costos según aumenta la distancia y eso determina que disminuya el precio final en boca de pozo. Es lo que ocurre actualmente en Bolivia respecto a sus consumidores de Sao Paulo y Buenos Aires, a miles de kilómetros de distancia. El gas boliviano está atado a sus lejanos clientes en la costa del Atlántico y “castigado” por la distancia geográfica. Si los precios suben unilateralmente en boca de pozo, como pretende Evo, los consumidores finales evaluarán otras alternativas de abastecimiento.

Es que el gas natural tiene alternativas más eficientes que los gasoductos terrestres para ser transportado. Puede ser congelado hasta su forma líquida (el GNL o gas natural licuado, -LNG en inglés-), embarcado en barcos refrigerados hasta mercados lejanos, recalentado para volverlo a su forma gaseosa, a partir de lo cual es inyectado a la red de tuberías locales. Esta logística, llevada a gran escala, permite disponer de gas muy barato en cualquier lugar cercano a las costas, si bien se requieren grandes inversiones. Gracias a estos avances, el gas se está transformando en un commodity global; y los océanos, en los principales gasoductos. Lo cual tiene como ventaja adicional que el gas puede ser adquirido por licitación desde el país que más convenga y sin condicionamientos geopolíticos. Países carentes de fuentes de energía como Japón, Corea del Sur, Taiwán o España dependen de esta forma de aprovisionamiento y la actual expansión del GNL está siendo impulsada básicamente por Estados Unidos en sus costas del Golfo y del Pacífico.

El transporte marítimo de GNL puede cambiar la geografía económica mundial, porque esta energía se usará en grandes complejos industriales junto a los terminales de gasificación en las costas. Las tierras interiores y montañosas acentúan su desventaja competitiva global pues dependen de redes de gasoductos más caros e inseguros. Las reservas de gas están más dispersas en el mundo y son mucho más abundantes que las del petróleo. Hay muchos yacimientos de gas en las costas o próximos a los océanos, y se siguen descubriendo nuevos campos. Están surgiendo nuevos actores energéticos en el escenario mundial: la pequeña isla de Trinidad está desarrollándose como un gran productor de GNL en Sudamérica, antes que Venezuela. Qatar en el Golfo Pérsico se ha anticipado a Arabia Saudita e Irán. Brunei y Malasia se desarrollan en el Asia- Pacífico.

Un tercio de las reservas de gas hoy conocidas están en Rusia y otro tercio en los países del Medio Oriente, siguiéndoles África (Argelia y Nigeria) e Indonesia y Australia en el Pacífico. Pero, -y a diferencia del petróleo-, Sudamérica no es un actor relevante en gas natural a escala mundial. Posee sólo un 4% de las reservas mundiales de gas natural, diseminadas en una amplia zona geográfica que corre por la vertiente oriental de los Andes, desde la isla de Trinidad hasta Tierra del Fuego. Es decir, mayoritariamente en las tierras interiores del continente, donde no se encuentran los consumidores.

De allí que las dificultades que impone la distancia geográfica inciden en el costo y rentabilidad de los gasoductos al interior del continente. A diferencia de Europa, Sudamérica es un continente desigualmente desarrollado y vacío en su interior, cuyas escasas “islas” de grandes consumidores están localizadas casi en su totalidad en las costas. Tanto para Venezuela como para Bolivia, debiera ser más atractivo sacar el gas por el mar, antes que distribuirlo por una red de tuberías interiores del continente hacia sus lejanos consumidores.

Por estos motivos es que Chile no está interesado en los gasoductos sudamericanos como el propuesto por Chávez y sigue su propio derrotero. Las señales post nacionalización boliviana (como el anuncio de aumento de precios) refuerzan la rentabilidad del proyecto de GNL de ENAP en la zona central de Chile, que además está pensado para abastecer a gran parte del cono sur sudamericano, cuando colapsen las reservas de gas de Argentina hacia el 2010. Estas señales están impulsando también a las empresas de energía como Gas Atacama (Grupos Suez y Tractebel) a desarrollar un segundo Terminal de GNL en Antofagasta, proyectado para abastecer al sistema eléctrico del norte chileno y eventualmente llegar al noroeste argentino.
Las tuberías pueden conducir el gas en sentido inverso en el 2010. Lo paradójico de esta situación es que la estrategia de “gas por mar” que sostuvo el gobierno de Bolivia en los últimos años frente a Chile puede revertirse completamente… si el gas viene por mar -y más barato- al cono sur de Sudamérica.

Las Aguas de La Concordia












En 1968, el Géminis V de la NASA detectó una gran falla tectónica producto de los sismos, que corre entre Arica y el Lago Titicaca, la cual es coincidente con el cambio de rumbo de los Andes. Estos se "doblan" hacia el oeste a partir de Arica, cambiando la forma del continente al ingresar al Perú. El suelo bajo nuestros pies está fracturado, y las rocas disgregadas forman múltiples conductos por los cuales pueden circular las aguas que caen en el altiplano.

Lo que nunca ha recibido respuesta satisfactoria es qué ocurre con las aguas precipitadas en la cuenca del Titicaca y que no escurren superficialmente ni se evaporan. La cuenca del Titicaca y la meseta del Collao reciben anualmente -en promedio- precipitaciones por 71.000 millones de metros cúbicos. Pero desde estas cuencas no baja ni una gota. Esta agua se infiltra, pero ¿dónde va a parar? Debe bajar al océano Pacífico por conductos insospechados que no vemos. O más bien, que no hemos querido ver.

En los años 60, la Corfo perforó una batería de once pozos en la Línea de la Concordia, y efectuó pruebas de rendimiento con resultados espectaculares en cuanto al caudal. El Estado, mediante Decreto Nº 1026 del 24/10/1969, reservó un caudal de 200 litros/segundo destinado a uso potable de la ciudad de Arica, a partir del rendimiento de estos pozos. ¿Por qué nunca se hizo efectivo?

Actualmente, los informes de consultoras nos dicen que el flujo propio de la cuenca de Escritos sería de sólo 71 litros/seg. aportados desde un acuífero cuyo origen estaría en Perú. Por lo cual no se recomienda explotar los citados pozos ni conceder derechos de agua en esta zona. Pero no se han investigado estas corrientes de agua que bajan desde los Andes, a través de estas fallas geológicas.

Debemos comprobar la existencia de estas "venas" o corrientes subterráneas de gran magnitud bajo las tierras de la Concordia y la quebrada Escritos. Con un rumbo de 60 a 240º, de noreste a suroeste, enrumban directamente al Tacora y al Titicaca...… ¿Evidencias? Analicemos las aguas de los pozos, como el existente en el nuevo complejo aduanero de Chacalluta. Es la mejor agua del norte de Chile, muy distinta a la del Lluta y al acuífero de La Yarada (Tacna) que son bastante salobres. ¿Entonces seguiremos bebiendo aguas del Lluta en Arica, mientras las aguas de La Concordia se pierden en el mar?

En el desierto, la tierra no sirve por sí misma y la soberanía efectiva se establece por el agua. Debemos buscar el agua por donde pasa, aunque eso implique cambiar nuestras concepciones convencionales de hidrología. Si existen cientos o miles de litros por segundo circulando bajo el desierto precisamente al norte de Arica, hasta la frontera con Perú, estas tierras serían las más valiosas de Chile… por el agua que circula bajo ellas. ¿Las podemos entregar a los bolivianos?

El Embalse de Caritaya








¿Se imaginan una región fronteriza, despoblada y desértica, con escasez de energía y donde las tierras esperan ávidamente las aguas que la fertilicen y en la cual exista un gran embalse en las alturas, de aguas limpias y cristalinas… pero abandonado durante 70 años?

Eso es lo que ocurre precisamente con el gran tranque de Caritaya, construido entre 1925 y 1932 en un afluente del río Camarones a 3.650 metros de altitud. Un embalse que pocos conocen en Arica -y casi nadie en Santiago-, pero cuyo espejo de agua es más extenso que los embalses de Santa Juana en Huasco o Puclaro en Elqui, y que acumula 42 millones de metros cúbicos de agua. Una capacidad cinco a seis veces mayor que el proyectado embalse de aguas de aluvión en Livilcar, con la diferencia que Caritaya se alimenta de las aguas que descienden directamente desde los nevados a 5.300 metros de altura; aguas dulces, puras y de óptima calidad. Un tesoro para la producción de alimentos.

El tranque Caritaya se construyó para diversificar la economía de Tarapacá y abastecer de alimentos a las salitreras de la pampa, reemplazando los productos que se traían desde Tacna una vez ésta retornara al Perú. La crisis del salitre de 1930 truncó el propósito y el Estado no tuvo los recursos para terminar la red de canales distribuidores. En esa época se estimó regar 3.000 hectáreas en las pampas de Camarones y 2.000 más en las pampas aledañas de Chiza, Miñimiñe, Humallani, Saguara y Codpa. Hoy el embalse Caritaya beneficia sólo a unas pocas terrazas de cultivo en los pueblos al interior del valle de Camarones, y por tanto su rentabilidad es muy escasa.

Sin embargo, debemos ser imaginativos y pro-activos. ¿Cuántas hectáreas podría regar hoy Caritaya con las técnicas avanzadas de riego tecnificado, en tierras con climas soleados y secos, óptimos para el cultivo de frutales y vid? ¿Cuántas fuentes de trabajo e ingresos generará y cuánto contribuirá al poblamiento territorial? ¿Y cuántos millones de dólares recibirá el Estado por venta de terrenos fiscales con agua y en un clima excepcional? Los beneficios no van a terminar allí, pues los enormes desniveles del territorio por donde pasarán los canales alimentadores pueden constituir una fuente de generación hidroeléctrica tanto o más que Chapiquiña, por la magnitud de los caudales regulados y las pendientes.

Caritaya debe pasar a ser el mayor proyecto de desarrollo para la futura región de Arica-Parinacota porque –simplemente- transformará a la cuenca del río Camarones… en un nuevo Copiapó.